viernes, 13 de julio de 2012

Norteamérica, Italia y nosotros en el medio...

Norte América, estilos y técnicas:

Hace unos pocos días llego a mi pantalla un vídeo de Cam Am Crew, un blog donde se publica la historia y también el presente del patinaje en E.E.U.U.

Obviamente y ahora que lo podéis disfrutar también entenderéis un poco más por qué.

Para los más jóvenes, que no conocisteis a figuras del patinaje norteamericano y crecisteis a imagen y semejanza de lo que Italia dice, hace, vende, impone y ordena, toda la lista de nombres a continuación no os sonarán, pero, “pero”, a mi criterio, un buen patinador no sólo ha de saber patinar bien y poder demostrarlo, sino que ha de conocer la historia de su deporte. De dónde provienen ciertas cosas, cómo llegamos hasta aquí, por qué, cómo, cuándo y sobretodo dos cosas, qué heredamos y qué dejaremos…

Porque cuando patinar deja de ser un pasatiempo para convertirse en un una manera de entender la vida, todo lo que lo rodea, lo forma, lo nutre, lo hace crecer e incluso lo mata, contamina debilita, es importante de conocer. Porque si cuando llega el momento de dejarlo puedes dejarlo así no más, sin sensación de pérdida, es que no has pertenecido nunca a esa raza de tozudos que siempre quieren más y más porque nada es suficiente. Entonces tu paso por nuestra forma de vida tendrá una estela breve.

Dicen que en el ciclo filosófico de la vida, uno ha de plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo… Por el legado, la permanencia y la perpetuación.

No sé como es el legado filosófico en nuestra vida de patinador, pero hace un tiempo, Alejandro Raga, ex - alumno, colega, compañero y amigo en ese orden con el paso de los años, me dijo en un post del Facebook:

 “.- somos dinosaurios –“

Y casi….

Nosotros vivimos una etapa del patinaje donde la vida social externa no existía porque socializábamos sobre los patines.

Nuestra vida se hacía sobre patines y cuantas más horas patinaras más conocías a tus amigos, tu cuerpo y tu club, porque compartías momentos imborrables con los tres.

Porque había más talento que técnica, más horas que método y sobretodo, muy por sobretodo, menos negocio.

Como dijo Carolina Saldaño, “-…había una nueva raza…”

En EEUU cada entrenador tiene su técnica (¿o debería decir tenía?) pero en alguna conversación con ellos, con los patinadores, te contaban que se pasaban la vida en el “Rink” (pista en inglés)
Patinaban millones de horas.
No iban al gimnasio, ni hacían dietas, ni tenían preparador físico.
Ellos salían y patinaban.
Punto.
Como decimos en España: “Punto pelota”. Adoro esa frase por su contundencia.

En este vídeo maravilloso, que Diego Farina Semerano posteo en Facebook y que yo me bajé de manera urgente a mi disco duro, podemos ver a: Scott Cohen en un momento de su carrera, para mi brillante.
Heath Medeiros, con un dominio espectacular de lo que hacía y unas ganas tremendas de comerse el mundo.
Un Sandro Guerra (en el tramo final del vídeo) con su incomparable y sobretodo sobrio estilo. Se distingue a Samo Kokorovec, (pantalón azul, camisa blanca, haciendo solo un triple Lutz, impecable) al final también del video.
Patrick Venerucci, con el pelo recogido en una coleta.
A otro norteamericano que no reconozco muy bien, pero no es cojo, para nada
Y por supuestísimo al inigualable Jayson Sutcliffe.

Hablemos es estilos y técnicas.

Por aquel entonces, los americanos dominaban plenamente el panorama mundial.
Nadie se planteaba si el pique del Mapes (Metz, Toe Loop, Tolo) era abierto o cerrado. Nadie cuestionó si la pirueta reversada (trompo invertido) era o no un movimiento masculino.
Los Lutz, se hacían más en exterior y los Flips, con un giro de “tres” y se picaban directamente, sin esperas “padrenuéstricas”.
Los triples Rittberger (loops, rippers, ritt) no ocasionaban ninguna dificultad de juzgamiento ya que de freno o de ruedas, eras un privilegiado si lo conseguías.
A nadie le escandalizaba verlo con “treses” como los europeos o de un salto de vals (inglés, del tres) como los americanos. Y mucho menos ver a Scott o Heath hacer un inglés cayendo directamente en freno y de ahí reimpulsarse para su ejecución.

Un patinador se dejaba la piel durante los cuatro minutos sacando de sí lo mejor, dándolo todo, con el más difícil todavía siempre entre los dientes.

Te asombrabas como por un lado Italia, preparaba a sus atletas calentando una hora antes, absolutamente dirigidos mientras los norteamericanos, igualmente organizados, llegaban, se calzaban los patines y: “¿a que hemos venido?, ¿a patinar?”, “Pues a patinar.-“
Y ¡hala!, en media vuelta se habían calentado y comenzaban a derrochar todo su talento por cada uno de los metros cuadrados de la pista.

Por qué sí de la técnica, por qué no y el porqué de: lo que natura no da, Salamanca no presta:

Qué duda cabe que si tienes talento todo es más fácil, ¿verdad?
Qué duda cabe que si lo tienes y encima entrenas a conciencia, te irá mejor.
Ni hablar de si lo tienes, entrenas a conciencia y encima te guían…
El no va más es cuando además de talento, entrenar, guiarte, quién te guía sabe de qué habla…
Y el paroxismo es que teniendo hasta el cuarto punto, tienes el dinero suficiente para financiar todo eso, que, convengamos no es barato….

Pero no quiero hacer una reflexión sobre la economía, sino sobre el qué sucede cuando: por conseguir un objetivo, alcanzar la valoración correcta del juez, ajustarte al reglamento, las tendencias, por qué no las modas o simplemente porque vino alguien de no sé donde y dijo que ahora hay que meterse una zanahoria por la oreja (y estoy siendo delicado), estropeamos un tipo con talento natural…

1997, Campeonato Mundial de Reus.
En aquella época de Junior, Cuando D’Allissera nos asombró a todos con “Claro de luna”…
En ese campeonato Joshua Rhodes demostró que EEUU tenía relevo generacional, un chaval joven con una velocidad de vértigo, un dominio de los pies digno de su Maestro (Scott Cohen) y un saber estar en una pista de mundial como pocos.
En ese campeonato también, Jordan Segovia, de lejos, de muy lejos, un talento como pocos… Una flor en el desierto o mejor dicho: en la pampa…
Con su talento, él sólo llenaba los 1.250mts² de esa pista, como nadie. Esa espalda arqueada, esos dedos espectaculares, esas piruetas fabulosas…

1999, Campeonato de Mundo de Australia
Jordan Segovia, su “El cóndor pasa” era precioso… Aquella final de Junior era casi mejor que la de Sénior…
Pero alguien dijo: Con ese pique no ganará nunca…

Decisiones cuestionables
Un señor con una visible renguera de un país europeo, y puedo decir esto porque yo estuve en esa reunión, dijo que un campeonato del mundo no era una fiesta de Halloween para vestirse así y se cargó de un plumazo, los que para mi habían sido los tres mejores trajes del campeonato… La momia, El cóndor y El Iceberg…
Un horror de decisión... la peor que he oído...

Volviendo a Norteamérica…
En ese 1997, Eric Anderson, fue el último americano en conquistar el Oro…
Nunca supe si era verdad o no, pero me dijeron que lo entrenaba su padre. Sé que tenía un sentido del nacionalismo tremendo y su lenguaje corporal me hacía ver que su orgullo era tan grande como la altura de sus saltos. Un patinador con un perfil muy alto... diría que demasiado, tanto que le pesaba, pero también creo que le precedía un listón inalcanzable… Scott Cohen…

Pero más allá de opiniones personales sobre personalidades, predecesores, sucesores, perfiles y lenguajes corporales, lo que siempre me llamó la atención y lo que más me marcó de EEUU en el patinaje es que cada uno, cada entrenador, cada profesor, se es fiel a sí mismo.

Toma un camino y lo lleva adelante, con errores o aciertos, pero no se inclina al sol que más calienta….

Quizá el tema del relevo generacional hizo que hoy en día no veamos a los grandes patinadores americanos de ayer en los puestos de entrenadores internacionales.
Quizá también, como siempre hemos ido a patinar con ellos, a su país, no se preocuparos de venir a vendernos “su libro” y acabaron quedándose en el tiempo.
Pero la cohesión que desarrollaban es distinta diametralmente a lo que ahora tenemos.
No eran patinadores robots. Siempre buscaban el aspecto general de la ejecución.

Hace años, muchos, la primera puntuación se definía (al menos donde yo aprendí a patinar) como: “Variedad y dificultad” y la segunda: “Musicalidad y Elegancia”
Ellos hacían toda la variedad posible de saltos y de piruetas.

Hay solo cinco saltos más el Axel: Mapes, Salchow, Flip, Lutz y Rittberger.
En Europa el Toe Alley (Mapes en interior) no se utiliza, básicamente porque los italianos no lo usan, sino serian realmente seis.
Alguien también en su día dijo: Esto no es un salto y pum! fuera de la lista...
Lo mismo dijeron: el cruce es abajo si no, no se pueden dar las tres vueltas…
¿Perdón? Permítanme que me ría… volver a ver el vídeo y decirme donde tiene Scott y Heath la pierna en el triple Lutz o el triple Rittberger…

¿Nos queremos acercar al hielo? ¿A cual? ¿Al derretido?
Porque somos lentísimos comparados…
Por otro lado la filosofía del hielo es totalmente distinta.

Leyendo “Landing it: my life on and off the ice” (Aterrizando*: mi vida sobre y fuera del hielo) – *Landing aquí se utiliza para la recepción de los saltos al llegar al hielo, al momento exacto de la caída de pie-  la autobiografía de Scott Hamilton, leí un párrafo que lo primero que ellos buscan es tener “six triples in a row” (Seis triples seguidos) unidos por transiciones donde se desarrolle la velocidad…

Si miráis un disco, por ejemplo el largo de Australia 1999, de Heather Mulkley, es la clara evidencia que ése es el ejemplo de acercarse al hielo…
En hielo la técnica se usa para ayudar al patinador y no para transformarlo…. No para limitarlo…
A mi criterio, señores: “LA TÉCNICA NO PUNTÚA”, o no debería puntuar…

Me explico:
Aplicación al libre y reducción al absurdo:

En el libre hay seis saltos más el Axel.
Simple, para mí sí son seis, porque para mi el Toe Alley es un salto más, les guste o no a los italianos.

Entonces: El patinador que los consiga ejecutar, con sus tres vueltas correspondientes o casi y caídos en un pie, lo más planos conseguibles, además con la posibilidad de combinarlos entre sí, será candidato a un puesto en el podio.

Si a eso agregamos que ese mismo patinador ejecuta la mayor variedad de piruetas, entre ellas, la reversada (trompo invertido) que es un movimiento más de todos los que se hacen en piruetas, con sus vueltas correspondientes o casi y dado que no existe ningún reglamento que diga que esa figura es una figura de femenina, estaremos ante un patinador con más posibilidades aun de conseguir una medalla.

Sumamos que el patinador ha de ser lo más artístico posible y entendemos por artístico: toda expresión que conlleve la trasmisión de un sentimiento o emoción a través de un arte plástica, plausible de ser plasmada… el resultado se multiplica exponencialmente.

Y por ultimo y como colofón realiza todo esto, sin perder en ningún momento el equilibrio (entiéndase sin caerse) y de manera fluida…

Hasta aquí…

Lo único que saco claro es que me sigo emocionando cuando veo buenos patinadores sean de donde sean, siempre y cuando me transmitan algo, me digan algo…

Hay dos cosas de las que estoy seguro:
Uno: que Scott Cohen fue, es y será, Sir Scott Cohen, el patinador más completo y carismático  de la historia.
Y Dos: que algún día EEUU volverá a brillar como antaño porque todo lo que sube baja y todo lo que baja sube, la física no falla (la vida menos) y en ese momento, todos, absolutamente todos los que no se son fieles a sí mismos, tendrán que volver a cambiar sus principios, sin pensar que por el camino habremos perdido a muchos patinadores, porque a unos tipos con miedo a perder se les ocurrió decir que con ese pique de Mapes no llegarían a ningún lado, que esa pirueta es de mujer y que esa ropa es un disfraz…

Disfruten del vídeo que es espectacular.

CamAm Crew
Buscar la fecha: 10 MAY 12


Carlos Pantano Galia.
 Sir Scott Cohen
5 Veces Campeón del Mundo.-

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